Con ocasión de la crisis humanitaria que sufre el puerto sobre el Pacífico, el Gobierno Colombiano ha hecho múltiples anuncios de medidas y proyectos que se planean realizar. No es la primera vez que se le hacen esas promesas a Buenaventura.
En Abril de 1968 el Presidente Carlos Lleras Restrepo se expidió el Decreto No.621, del 27 de abril, mediante el cual ordenó “la realización de estudios y obras destinadas a la transformación de la zona de Buenaventura, y al mejoramiento de las condiciones de sus habitantes”. Se contrataron estudios que estuvieron a cargo de la Corporación Autónoma Regional del Valle (CVC). Los resultados fueron prácticamente nulos.
En 1982 se adoptó el Plan de Desarrollo para la Costa Pacífica (Pladeicop) del que se esperaban millonarias inversiones en el puerto que se quedaron escritas.
En 1990, al inicio del Gobierno del Presidente Gaviria, el periódico El Tiempo, bajo el título POR FIN BUENAVENTURA anunció: “Un plan de inversiones por 400 millones de pesos en obras públicas será emprendido en Buenaventura por la administración del Valle del Cauca. Se construirán puentes, carreteras e inspecciones de policía en la zona rural. Se reparchará y adecuará la pista del terminal aéreo del puerto. Se reforestarán varios sectores y se establecerán tiendas comunitarias y de un centro artesanal”.
En 1991, el anuncio fue de la inversión del Departamento del Valle del Cauca de 600 millones de pesos para infraestructura sanitaria. La anunciada inversión comprometía recursos departamentales y municipales e iba dirigida a financiar la instalación, mantenimiento y reposición de redes de acueducto y alcantarillado en doce barrios populares.
Los más repetidos anuncios han sido sobre la vía Cali – Buenaventura, cuya doble calzada no se termina después de casi diez años de iniciada. En 1991, el entonces ministro Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, anunció la inversión de seis millones de dólares. A esta promesa el agregó promesas sobre la Troncal del Pacífico. Los anuncios de Gaviria se hicieron en la consabida reunión con sectores empresariales del Valle. En esa reunión se habló de créditos del banco Interamericano BID y de recursos adicionales superiores a los 2.500 millones de pesos para los túneles, que se construyeron algunos años después.
Para el acueducto, que hoy no logra una cobertura superior al 60%, también se han anunciado múltiples inversiones. Los recursos se han buscado en el Fondo Nacional de Regalías, y en Findeter. La inversión estimada en 1994 era de 15 mil millones de pesos, de los cuales se invirtieron ese año unos 1.800.
Las promesas del expresidente Andrés Pastrana fueron recurrentes: ofreció la creación de una Zona Económica Especial de Exportación. En el 2000 anunció la Concesión Férrea del Pacífico, cuya segunda fase se entregó solo esta semana. Por la misma época Pastrana anunció recursos para el Hospital Departamental que se encuentra en liquidación y nuevamente prometió recursos por 4.400 millones de pesos para el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado de Buenaventura. En una visita en el 2001 el entonces Presidente dijo que en que en los próximos 20 años, habría una inversión total de 135.500 millones de pesos y exclamó: “-óigase bien: ¡135.500 millones de pesos!-“. El expresidente se refirió orgulloso a las promesas de su padre el ex presidente Misael Pastrana en los siguientes términos: Mi padre dijo entonces y yo les digo ahora, como la mejor conclusión de esta visita: “Tengo la inmensa satisfacción de que nunca en esta plaza y debajo de estos árboles he dicho una mentira, ni he hecho una promesa falsa al pueblo de Buenaventura”.
En 2006, el ex presidente Uribe hizo el último gran anuncio para Buenaventura. Se aprobó el Documento Conpes No 3410 cuyo objeto era el “mejoramiento de las condiciones de vida de la población de Buenaventura”. Dentro de las promesas de ese documento se destacaba la construcción del Malecón, cuya construcción no ha comenzado y se encuentra embolatada por diferencias entre el Departamento y el Municipio. El Gobernador se ha negado a transferir la propiedad de los predios al Distrito lo que ha dificultado la inversión de los recursos que se aprobaron en el Sistema Nacional de Regalías.