“Yo soy Blanca Pinzón, tengo 28 años, fui víctima de desplazamiento forzado y violencia sexual en el año 2004 por los paramilitares, en el corregimiento de Riachuelo – Charalá en Santander.
Hoy, diez años después, le camino a la paz porque es la única salida a todos los problemas que tiene este país, cuyo estancamiento de las comunidades de las regiones obedece a los avatares de la guerra.”
“En el posconflicto lo más importante es volver a crear lazos de comunicación y convivencia entre las comunidades, los cuales están rotos por cuenta de la violencia”.